Esta espaciosa casa de vacaciones con piscina privada se encuentra en el pueblo pesquero de Loguivy-de-la-mer.
Bienvenido a esta acogedora casa de vacaciones bretona, a pocos pasos del mar. El alojamiento en la hermosa Côtes-d'Armor es ideal para familias numerosas, donde podrá recargar las pilas lejos del ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana. La casa de tres plantas es acogedora y ofrece todo lo necesario para una estancia agradable. El mobiliario facilita el descanso desde el primer día y el futbolín garantiza horas de diversión. Podrás completar las veladas en la terraza con unas bebidas frías.
¿Sabía que Loguivy-de-la-mer es la capital de la langosta azul? Aquí podrá saborear al rey de los crustáceos, el famoso "loguivy azul". Disfrute plenamente de la vida playera y descubra la isla de Bréhat. La visita a la encantadora ciudad de Paimpol también es obligada durante unas vacaciones en esta región. Aquí podrá pasear por el puerto con sus animados restaurantes y coloridas fachadas, recorrer el casco antiguo con sus callejuelas, placitas y preciosas casas con entramado de madera, vivir el mercado de los martes por la mañana y degustar la ostra paimpolaise.
Bienvenido a esta acogedora casa de vacaciones bretona, a pocos pasos del mar. El alojamiento en la hermosa Côtes-d'Armor es ideal para familias numerosas, donde podrá recargar las pilas lejos del ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana. La casa de tres plantas es acogedora y ofrece todo lo necesario para una estancia agradable. El mobiliario facilita el descanso desde el primer día y el futbolín garantiza horas de diversión. Podrás completar las veladas en la terraza con unas bebidas frías.
¿Sabía que Loguivy-de-la-mer es la capital de la langosta azul? Aquí podrá saborear al rey de los crustáceos, el famoso "loguivy azul". Disfrute plenamente de la vida playera y descubra la isla de Bréhat. La visita a la encantadora ciudad de Paimpol también es obligada durante unas vacaciones en esta región. Aquí podrá pasear por el puerto con sus animados restaurantes y coloridas fachadas, recorrer el casco antiguo con sus callejuelas, placitas y preciosas casas con entramado de madera, vivir el mercado de los martes por la mañana y degustar la ostra paimpolaise.