Regálese un descanso de la vida cotidiana en la verde naturaleza de Ardèche.
Bienvenido a esta encantadora y tradicional casa de piedra situada en un verde jardín bordeado por un arroyo en plena naturaleza. Esta casa de materiales nobles ofrece un interior cálido y confortable, una decoración cuidada con colores relajantes que invitan al descanso y proporcionan una sensación de bienestar. Es una casa de vacaciones ideal para disfrutar del suave paisaje de la Ardèche en el soleado balcón, durante las comidas. Un ambiente idílico y tranquilo está garantizado.
Descubra la hermosa ciudad de Aubenas con su castillo del siglo XII, la iglesia de Saint Laurent y la catedral de Saint Benoît, así como el casco antiguo con sus hermosas fuentes. En el mercado, tendrá la oportunidad de probar las especialidades de la región, sobre todo la crema de castañas, que es imprescindible. También merece la pena visitar el pueblo de Ucel, con sus callejuelas estrechas, y el Ermitage. Los amantes de la naturaleza estarán encantados, ya que podrán bañarse en el Gours en un entorno idílico, y los excursionistas tendrán mucho donde elegir para descubrir los bellos paisajes de la Ardèche.
Gracias a este encantador alojamiento de vacaciones, su estancia en Ardèche será rica en bellos momentos para compartir con los demás.
Bienvenido a esta encantadora y tradicional casa de piedra situada en un verde jardín bordeado por un arroyo en plena naturaleza. Esta casa de materiales nobles ofrece un interior cálido y confortable, una decoración cuidada con colores relajantes que invitan al descanso y proporcionan una sensación de bienestar. Es una casa de vacaciones ideal para disfrutar del suave paisaje de la Ardèche en el soleado balcón, durante las comidas. Un ambiente idílico y tranquilo está garantizado.
Descubra la hermosa ciudad de Aubenas con su castillo del siglo XII, la iglesia de Saint Laurent y la catedral de Saint Benoît, así como el casco antiguo con sus hermosas fuentes. En el mercado, tendrá la oportunidad de probar las especialidades de la región, sobre todo la crema de castañas, que es imprescindible. También merece la pena visitar el pueblo de Ucel, con sus callejuelas estrechas, y el Ermitage. Los amantes de la naturaleza estarán encantados, ya que podrán bañarse en el Gours en un entorno idílico, y los excursionistas tendrán mucho donde elegir para descubrir los bellos paisajes de la Ardèche.
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