Encuentra tu alojamiento ideal en Morbihan. Esta bonita zona francesa es famosa por su golfo, uno de sus encantos naturales más característicos. Será un buen destino si deseas relajarte con los tuyos y pasar unos días de descanso.
¿Qué hacer en Morbihan? Puedes visitar algunos lugares como el Castillo de Trécesson o el Castillo de Josseline. Pero también podrás visitar algunos yacimientos como los alineamientos de Carnac o zonas naturales como la Belle-Île-en-Mer.
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Este departamento francés tiene diferentes paisajes para disfrutar con la familia o los más pequeños. También pueden ser perfectos para practicar algunos deportes como el senderismo.
La Belle-Île-en-Mer es una isla que cuenta con bonitas playas bastante largas para que puedas pasar un día de playa con tus hijos, además podrás conocer la historia de esta bonita zona. Cuenta con dos puertos como Le Palais y Sauzon.
Otro paraje que merece la pena visitar son Les Aiguilles de Port Coton, que se encuentran en Bangor. El mar rodeado de acantilados forma una bonita estampa en la que poder relajarte.
La principal zona para practicar senderismo en Morbihan es Île-d'Arz, una isla de unos 3 kilómetros en la que las familias aprovechan sus días libres para ir a hacer deporte. Además, tiene el molino de marea más antiguo de Europa.
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Tratándose de una zona tan grande de Bretaña, necesitarás un viaje más o menos largo para poder disfrutar de todos los lugares que Morbihan ofrece. Uno de los itinerarios más escogidos comienza en Ploërmel.
Esta localidad francesa cuenta con un encanto especial por la historia que tiene. Podrás visitar su Castillo de Trécesson de época medieval, su Église Saint-Armel o algunas zonas naturales como el Jardin aux Moines, donde podrás pasar un día en familia.
Después, este itinerario concluye en Carnac, dónde podrás pasar 3 días visitando sitios y lugares históricos con los tuyos. No te puedes perder su Alineamientos de Carnac, un yacimiento con restos del 4.000 a.c.
Otra de los lugares más frecuentados de la localidad es su Table des Marchand, un gran dolmen que según cuenta también fue construido entre el 3900 y 3800 a. C. Los más pequeños podrán conocer un poco más de la prehistoria.
Pero la gran joya de la prehistoria que tiene Carnac es su Menhir partido de Er Grah, el monolito más alto de la prehistoria occidental: medía casi 20 metros de altura, pero ahora se conserva en 4 trozos. Aún así su magnitud impresiona a turistas y visitantes.
Además de este itinerario, existen otros también bastante conocidos que visitan algunas zonas como Belle-Île-en-Mer, otra opción muy interesante si deseas disfrutar de la naturaleza.
Como ya has visto la costa es parte fundamental de Morbihan, así que sus platos cuentan con muy buenos productos marineros, como pescado o marisco.
Los rillettes de pescados son uno de los aperitivos más conocidos de la zona. Se elaboran con salmón, merluza u otro tipo de pescado al que se le añade zumo de limón y mostaza, hasta crear una especie de crema de untar.
Se come con pan tostado normalmente y a los niños les encanta ya que es parecido al paté, pero con un sabor mucho más suave.
También se come buena carne en la zona. La Andouille es el embutido más típico de allí, se elaborada con carne de cerdo ahumada y muy especiada. Se consume sin cocinar ya que tiene mucho sabor y su piel tiene un color negro característico.
El caramelo de mantequilla salada es algo que, si te gusta la gastronomía, deberías atreverte a probar. Es una especie de toffe con ese punto salado de los caramelos de Bretaña. Sin duda, un sabor peculiar pero muy rico.
Pero si hay una comida típica en esta parte de Francia son las crepes. Estas tortas hechas de harina tienen muchos secretos ya que cada familia tiene su manera especial de hacerlas: más esponjosas o más crujientes, según su tradición.
Se pueden comer con chocolate o cualquier ingrediente dulce, aunque también se hacen saladas. Las crepes combinan con casi cualquier ingrediente y a los más pequeños les encantarán.
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